Duarte se Cae

Follow @Arrucha

A un mes de que concluyan las campañas, cada vez más se polariza las preferencias en la población; Y aunque el electorado se encuentra invadido, hemos sido testigos de la opacidad de las autoridades encargadas de garantizar un proceso limpio y equitativo, y más allá de esa parcialidad, hemos sido víctimas de las peores prácticas de manipulación, burla y engaño.

Hasta hace 3 semanas, tenía claro que la intención del voto de los veracruzanos, seria guiada por el tradicionalismo, hoy veo que más ciudadanos expresan su hartazgo a las campañas políticas, la gente no cree, desde el microempresario víctima de la inseguridad hasta el campesino que ve la opulencia ajena aplastando su pobreza.

Cualquier reflexión que se logra en la sociedad concluye que Veracruz, un estado con 7 millones de veracruzanos y con la mitad de estos en pobreza, necesita renovación, en cualquier dirección, pero una intervención de urgencia ante el cáncer de las clases más retrogradas de la política mexicana.

Prácticas que han llevado a un candidato con nula experiencia política y con una admirable seguridad que ha adquirido gracias al manejo parcial de poder, a ser quien abandere hoy el partido de la experiencia y voluntad.

Javier Duarte, candidato priista al gobierno del estado, es sin duda un político hábil, perspicaz y con carácter, requisitos fundamentales para nadar en el mar de la guerra diaria por el poder.

Y no obstante la frescura que refleja su imagen, la inexperiencia, excesos y subestimación manchan toda aspiración, sincera o no, de mejorar la vida de millones de veracruzanos.

Inexperiencia por el discurso vacío, demagógico y monótono que lo caracteriza, y que hace de su mala elocuencia impresa en palabras motivadoras, una buena oferta al débil mental.

Excesos por la capacidad de ser garante de propuestas ambiciosas y a la vez fantasiosas, estas con un soporte mercadológico digno de selección de futbol, a Javier lo harán hacer sándwich, pero nunca meterá un gol.

Subestimación por confiar en su fuerte inversión de imagen, creyente que el retorno de ésta se reflejará en confianza y votos, algo que la realidad lo empieza a rebasar y que pronto hará que cualquier referencia a él será como echar lodo en la cara de los votantes.

Hoy Veracruz atraviesa un proceso que se ha visto nublado por parcialidad en las autoridades electorales, desde la protección del candidato oficial, hasta la manipulación de tendencias reales.

Y aunque estas líneas parecen ser movidas por tan solo una mente dispersa, es claro que el sentimiento generalizado siempre ha sido latente y que cada vez más se manifiesta desde cada trinchera de la sociedad.

Mi trinchera, la de las palabras, hoy no sólo expresan crítica, sino un fuerte reclamo, un grito por una contienda digna e incluyente, donde no reine la indiferencia de las autoridades, pero sobre todo que no se piense que el ciudadano es tonto y se apele a su tradicional ignorancia como el fiel de la balanza.

Reina la manipulación, pero se olvida que a la cita del ciudadano ante la boleta, decidirá la conciencia.