El Fraude en Veracruz

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Veracruz despertó el 5 de julio con un conflicto postelectoral que ha mantenido a todos los actores políticos en suspenso; Después de una campaña caracterizada por el insultante dispendio y parcialidad gubernamental, la credibilidad de cualquier institución democrática es nula, de risa, una vacilada.

No sólo la mayoría de los veracruzanos decidieron castigar al gobierno de la fidelidad con su voto, sino los que decidieron no hacerlo manifestaron su repudio hacia la clase política, algo que no le da legitimidad a ningún político que ostente ser el más votado por los veracruzanos.

Este conflicto electoral, que tomó como ring “instituciones” de gobierno locales y medios de comunicación, ha pasado a un nuevo escenario, el legal, donde cualquier afirmación tendrá como limitación el planteamiento de argumentos válidos.

Ya son menos los escenarios en los que puede desenlazar la lucha por el poder en Veracruz, pero en un vistazo a todo lo ocurrido en los últimos meses, se ha ido confirmando lo que para todos los veracruzanos hoy es evidente, la elección de estado que se orquestó en Veracruz.

¿Cómo llegamos hasta este punto? Veamos cómo se orquestó todo el Fraude electoral.

En 2009, el aún gobernador Fidel Herrera decidía a quien apoyar para sucederlo, y entre los requisitos que tuviera que cubrir el aspirante, el más importante era la férrea lealtad hacia él, no sólo para no cuestionar a su gobierno, sino para seguir disponiendo de este, el elegido: Javier Duarte de Ochoa, quien en su paso por La Secretaria de Finanzas del Estado, pudo allegarse del poder económico y político en pro de su causa.

Desde el momento en que Duarte se postuló como candidato a Diputado Federal por el Distrito de Córdoba, el abusivo uso de recursos para su campaña vislumbraba que se preparaba para algo más grande, que cuando llegara al congreso, no tendría limitación para seguir haciendo campaña.

A principios de 2010 ya se oían nombres que buscarían ser el sucesor de Fidel Herrera, entre ellos José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, sin embargo Javier Duarte fue impuesto por Fidel Herrera, aun cuando Héctor Yunes tenía legítimas y morales aspiraciones, al final, su dignidad fue apaleada por el poder estatal.

Fidel hizo hasta lo imposible por cuidar a Duarte, y aun cuando sabia de su limitada capacidad política debido a su inexperiencia, se jugaba esta carta por su loca soberbia de ganar por ser él, Fidel, el icono de la fuerza política.

Manipuló a Buganza, que a diferencia de los anteriores que sucumbieron ante el poder estatal, este no sólo vio borrada su dignidad, sino sepultó cualquier aspiración política por lo menos los siguientes años.

No obstante estos obstáculos, Miguel Ángel Yunes supo imponerse como candidato por Acción Nacional para dar la pelea a Fidel Herrera.

Duarte, quien había vendido la imagen de ser un joven fresco y preparado, fue día a día postrándose en la imagen de un político inexperto, corrupto y manipulable; Se invirtieron millones en crear una falsa imagen, una moda que lograría ganar voluntades de escaso raciocinio, más otros cuantos los millones que dedicarían a la guerra sucia que se orquestó hacia Yunes Linares, quien sólo necesito dos golpes certeros para poner a temblar al aparato fidelista, ante esto, Fidel rápidamente lo contrarresto haciendo uso de millones de golpes en “efectivo”, no así efectivos;

Llegó el 4 de julio, y a pesar de la vergonzosa protección del gobierno y los medios por cobijar a Duarte del debate y el diálogo bidireccional, era inocultable su notoria debilidad política, y el elector lo manifestaría en las urnas.

En la Jornada Electoral, el priismo veracruzano hizo uso de su mejor arma, la mapachería electoral: La compra de votos, el acarreo, la intimidación, la manipulación de voluntades y un sinfín de prácticas que se documentaron y la percepción de los veracruzanos lo confirmaron.

Sin embargo estas prácticas no bastaron para que la cita del ciudadano ante la boleta reinara su conciencia, que a gritos desesperados pedía paz, tranquilidad, alternancia, en cualquier dirección, pero un cambio al fin, el veracruzano decidiría.

Y esta decisión no sólo fue ignorada, sino totalmente manipulada por el aparato estatal, desde el momento de haber concluido la jornada, las más “respetables” encuestadoras dieron el triunfo al candidato oficial hasta por 15 puntos, ventaja que fue reduciéndose a menos de 3 puntos porcentuales, incluso antes de que se supiera el maquillaje fraudulento que se hizo del PREP.

Después de conocer los resultados del PREP, que dio la victoria a Javier Duarte, fue cuestión de minutos y un escaso conocimiento de matemáticas, para que salieran a relucir las cifras manipuladas: Sólo se contabilizaron 7 mil de las 9 mil actas (resultados de casilla), curiosamente la mayoría de estas actas en los distritos donde Yunes ganaba; El PREP aseguraba tener el 96% del conteo, cuando en realidad este porcentaje no era concordante con la lista nominal, lo que revelaría su mentira, y lo peor de todo, el IEV nunca dio respuesta a estas evidencias.

Y no obstante esto, se apostó a que en el cómputo distrital, en el que se cotejarían las actas en poder de los partidos con las actas que se encontraban dentro de las urnas, se mostraría el evidente fraude; Sin embargo los representantes del PRI, PRV y PVEM coludidos con las autoridades del IEV, se negaron férreamente a contar los votos de aquellas urnas en la que su acta presentaba inconsistencias, un ejemplo:

Casilla 00001

Boletas Extraídas de las urnas: 300

Número de Electores que votaron: 300

Boletas Sobrantes: 100

Boletas Recibidas 200

PAN 100 votos

PRI 200 votos

Esta casilla recibió sólo 200 boletas, el mismo número de boletas que constituye la lista nominal de esa casilla, la pregunta es ¿Por qué se extrajeron más boletas de la urna que de las disponibles?, y la pregunta más obvia ¿Por qué en estos casos el PRI siempre tenía mayoría?

Pues no obstante de estas inconsistencias, los presidentes de los consejos distritales SE NEGARON a abrir urnas, alegando su falta de facultades jurídicas para hacerlo, cuando claramente el artículo 244 fracción IV se lo otorgaba.

“ Art. 244.- El computo en los consejos distritales y municipales se sujetará al siguiente procedimiento:

…….IV. Cuando existan errores evidentes en las actas, el consejo respectivo podrá acordar realizar nuevamente el escrutinio y cómputo que corresponda.”

Su negativa hizo que 7 de cada 10 urnas con una EVIDENTE inconsistencia y error, mostrando más votos que votantes o más boletas extraídas que recibidas, no se abriera por la negativa de los consejeros electorales distritales, echándole la bolita al tribunal electoral, por lo que el IEV, lavándose las manos, dio los resultados del conteo distrital dando una lógica ventaja a Javier Duarte.

Hasta aquí lo que ha sido historia, hoy, ante esta negativa de abrir paquetes inconsistentes, sólo quedan dos caminos, ambos legales: impugnar la decisión del IEV de no abrir estos paquetes con inconsistencias, o ir directamente a la anulación de la elección.

Ir por la apertura de urnas en donde existen actas inconsistentes, es exponer la paquetería todavía más tiempo, tiempo en el que se podría abrir urnas y anular votos a favor del PAN, lo que ya se ha denunciando que se está haciendo.

Por lo que es la anulación de la elección, la vía que por fin detenga la intervención de Fidel Herrera en el proceso electoral; Si se diera esta, no sólo se devolvería al ciudadano el poder que se arrebató cuando la autoridad consintió anular o suprimir su voto, sino que formaría precedente ante una elección futura, en la que cualquier gobernador pensaría dos veces antes de intervenir con tal descaro una elección, sin miedo a ninguna consecuencia legal.

El Tribunal Electoral tiene que poner fin a la era de la plenitud del pinche poder en una mano, y dar paso al poder ciudadano.